La forma y el fondo.
“Lo lindo no tiene por qué
ser bueno, y lo bueno no suele ser lindo a simple vista”. Susurrar La Ciudad a
cada paso.
La Ciudad. La Gran Ciudad.
¿Cómo personas tan lindas pueden verse inmersas en realidades tan feas?
Toque de queda. Siento
terror con el negro de la noche. No, no es cierto, no es real, yo lo siento
pero no es verdad.
La ciudad que hay en mí me
grita, asoman imágenes horribles a mi retina en cada esquina. Llevo dentro de
mí todo el terror y la incomprensión de quien no entiende que niños de 14 años
trabajen de Sol a Sol a 150 pesos el minuto.
La Ciudad que hay en mí no
me deja dormir, no es la diferencia de horas, no son los ruidos de la gente, no
es la luz naranja entrando por la ventana. Es la ciudad que hay en mí. Me estresa,
me aturde, me paraliza.
No, no es cierto.
Sí, sí es cierto.
La ciudad es una enorme
paradoja, tan contradictoria como bella y horrible.
La gente que habita en ella
no tiene medida.
De Norte a Sur y Oriente a
Occidente.
Números, Carreras y Calles.
Los Cerros de Oriente
Siempre están al Este.
No quiero estar sola.
-Siento que el viaje no es
mi vida
Pero yo quiero tener alma
de viajera!
-Pero si no eres así,
porqué quieres querer lo que no quieres?
-Porque quiero salir en
fotogramas, en blanco y negro, con tigres bajo mi planta.
Que no te engañe la media
luna que dibuja la noche. Sonríe para atracarte por la espalda. Sonríe para
despistarte y que te caigas. Sonría sólo si llevas plata.
Ante todo, un horizonte.
Ante todo, nos queda el camino, nos queda la turbulencia, nos queda la
paranoia.
Ante todo, no me he vuelto
loca.