Jardines y cerros al
frente. Tan bonitas las casas, tan bella la gente.
Tan rico pasear en la noche
y ver a mucha gente por la calle, riendo, tomando, comiendo.
Tan rico caminar en el día
y ver niños jugando, mayores paseando, gente trabajando.
Cuando liberas la angustia
y dejas pasar la realidad, te das cuenta de que tu miedo es tu peor enemigo,
porque no te deja ver, no te deja sentir.
Cuando liberas la ansiedad
te das cuenta de que la gente también quiere vivir en paz. También quieren lo
mejor para sus amigos, sus vecinos, sus hijos.
Cuando dejas de desconfiar
te das cuenta de que todo el mundo te quiere ayudar, de que tenerle miedo al
siguiente es igual que vivir en una ciudad de fantasmas.
La calma y la luz han dado tregua
a la paranoia.
En próximos episodios:
dudas existenciales y brecha social :)
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